domingo, 20 de abril de 2008

Qué Ciencia? Qué Política?

¿QUÉ CIENCIA? ¿QUÉ POLÍTICA?


INCLUIR, DISCUTIR, PRODUCIR



A fines de 2007 -conflicto de selección de materias optativas y seminarios mediante- se (re)conformó una asamblea de estudiantes, graduados y docentes de Ciencia Política. Participamos de la misma para frenar la avanzada del director Jorge Mayer junto a los consejeros de La Valle$e y Alternativa Académica, quienes pretendían pasar por encima de la instancia de Junta de Carrera y aprobar las materias que ellos deseaban, sin ningún tipo de debate previo -ver volantes anteriores-.

Reconocemos y valoramos positivamente los espacios abiertos y asamblearios que se llenan de estudiantes (agrupados e independientes) con mucho que decir y hacer. Lamentablemente, la mayoría terminan siendo expulsivos y reactivos a la participación, al servir como foros de disputas ajenas a la temática que los convoca.

Es por eso que organizamos esta charla, como un puntapié para empezar a conformar un espacio abierto, plural y, sobre todo, productivo, que encare la realización de las Jornadas de Ciencia Política.



REPENSAR LA CARRERA…



Con un simple ejercicio comparativo, percibimos que nuestros materiales vienen señalando –casi al unísono- las falencias y los desafíos de una disciplina que tiene mucho por pensar y decir sobre la realidad… Hoy, un conjunto de colectivos y agrupaciones que intervenimos en esta facultad, y en la carrera de Ciencia Política en particular, decidimos romper el aislamiento y aunar nuestras reflexiones particulares en un pequeño documento, que sirva para seguir profundizando el análisis, y aporte a la generación de propuestas y espacios de acción necesarios para la transformación, no sólo de nuestro plan de estudios, sino también de nuestra forma de entendernos como futuros politólogos.



… SUS ESCISIONES…



Es una falacia -legitimada por algunos de los grandes popes de la Ciencia Política- la división fundamental que se plantea en nuestra disciplina, entre la “Teoría Política” y las “Políticas Públicas”; son dos caminos que se trazan en paralelo, y que parecieran no tener punto de contacto. El reducto de la filosofía política sería el único posible para el desarrollo de visiones alternativas, mientras que el análisis institucional se ve regido por una sesgada visión acerca de la naturaleza y funciones del Estado, y de los actores que influyen sobre él. La perspectiva única que se trasmite desde este enfoque, lejos está de haber alcanzado una objetividad indiscutible: se trata, más bien, de la naturalización de la situación actual y la aceptación acrítica de estructuras y aparatos administrativos que no hacen más que legitimar la desigualdad fundante del capitalismo. La escisión entre “ciencia” y “filosofía” políticas, lejos de ser natural, es una herramienta eficaz para cristalizar la situación actual.

Ante esto podría optarse por desarrollar en la carrera sólo el enfoque teórico-filosófico que promueve cierto pensamiento crítico. Sin embargo, creemos que el desafío es aún más complejo: se trata de superar la escisión, teniendo en cuenta que detrás de cada enfoque anidan supuestos antropológicos, sociológicos y epistemológicos, que hay que desentrañar y discutir, generando un pensamiento crítico mucho más profundo y abarcativo.



… LA INTERDISCIPLINARIEDAD…



En estos años de gestión de Alternativa Académica, se ha dado un proceso sistemático de reducción de contenidos. Si nuestra carrera ya mostraba falencias en su tronco común por la consabida ausencia de cátedras paralelas, y en otros casos, porque la pluralidad de cátedras no ha garantizado la pluralidad de contenidos, el ataque directo que se ha realizado sobre las optativas y los seminarios empeoró aún más la situación.

Actualmente, no somos capaces de dar cuenta de un sinfín de nuevos desafíos: las temáticas de género, el análisis de las políticas educativas, la problemática ambiental, por nombrar sólo algunos. De esta manera, no sólo a nosotros como estudiantes, sino también a la carrera en sí desde su propia Junta, o desde espacios abiertos que se podrían promover, se le niega la posibilidad de intervenir y de generar cuerpos de conocimiento en éstas y otras áreas. Es, además, sumamente llamativa la falta de análisis sobre la coyuntura nacional (y regional) que rige en nuestros claustros. ¿Es que la Ciencia Política no tiene nada que decir al respecto?, ¿o es que la Ciencia Política en la UBA se divorció de la política?

Hemos elegido una carrera con una potencialidad envidiable: en sí, no podemos concebir a la política como una actividad encasillada en un marco institucional determinado, sino como algo que atraviesa las múltiples dimensiones de la sociedad, tal como lo evidencia nuestra vida cotidiana. Por ello, no podemos pensar a la Ciencia Política como una disciplina aislada, sino interrelacionada en su interior y hacia afuera con otros campos de estudio, y ostentando una solidez que se corresponda con la realidad, cada vez más compleja y necesitada de pensadores críticos. Esta necesaria interdisciplinariedad está hoy ausente, desde un enfoque que pretende recortar la realidad para dar a la Ciencia Política “su” propio ámbito de estudio.



… Y SUS DESAFÍOS



Es necesario que comencemos a dar estos debates, que asumamos a la Ciencia Política como una “disciplina” que, por lo menos en nuestro país, está aún en proceso de formación, y que debe dar cuenta de una pluralidad de perspectivas que no determinen en un único sentido las posibilidades de nuestros análisis. Pero fundamentalmente, es necesario que nos interroguemos acerca de nuestras perspectivas como politólogos, acerca de cuál queremos que sea nuestra modalidad de intervención: si queremos convertirnos en investigadores, docentes, o encuestadores encerrados en los claustros académicos, o si estamos dispuestos a asumir que nuestras reflexiones no surgen de la pura abstracción, sino que están claramente imbricadas en los procesos histórico-sociales de los cuales formamos parte. Asumámonos entonces como sujetos activos en la realidad que vivimos, y pongamos a la Ciencia Política al servicio de prácticas transformadoras.




Colectivo de Izquierda/El Andamio/ContraHegemonía/PlanB/La Mala Educación/Prisma

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