viernes, 8 de mayo de 2009

Declaración de ATTAC Argentina ante la crisis internacional y la pandemia

DECLARACIÓN DE ATTAC
6 de mayo de 2009


CRISIS INTEGRAL DEL SISTEMA PRODUCTIVO CAPITALISTA - DE LA GRIPE PORCINA AL DENGUE.


La crisis integral del sistema productivo capitalista sigue avanzando sobre todos los órdenes de nuestras vidas. La gripe porcina que se expande no es una maldición o un fruto de la casualidad, sino que es consecuencia de un sistema productivo voraz e irracional. La nueva epidemia es una de las facetas de esta crisis en que el capitalismo ha sumergido al mundo entero, que abarca el ámbito económico–financiero, social, sanitario, alimentario, ambiental, energético e hídrico.

La búsqueda desenfrenada de altas rentabilidades por parte de las grandes empresas dedicadas a la cría intensiva de cerdos requiere de gigantescas escalas de producción, de un crecimiento rápido de los animales (inducido artificialmente por medio de hormonas) y de una fuerte rotación del capital.

En dichos criaderos el hacinamiento de los animales permite el intercambio masivo de virus y facilita la aparición de nuevas cepas y variantes, algunas de las cuales son influenza patógena que afecta a los humanos. La organización Mundial de la Salud (OMS) y los epidemiólogos del mundo lo saben desde hace tiempo: Los criaderos intensivos, especialmente los de cerdos, son una de las mejores fuentes de generación de variantes de estos virus.

Sin embargo, ante la disyuntiva de generar ganancia del capital o proteger la salud de la población, el sistema productivo capitalista elige siempre mantener la ganancia, pues ella es la razón única de su existencia.

El marco legal que permite la realización impune de actividades que atentan contra la salud de los humanos y contra el medio ambiente lo suministra las normas de "libre comercio" o neoliberalismo, fase actual del capitalismo. La desregulación y privatización de los mercados impuesta a los países del tercer mundo a través de los Tratados de Libre Comercio, de la Organización Mundial del Comercio (OMC) o de las políticas de ajuste estructural exigidas por las instituciones financieras internacionales (FMI, Banco Mundial), son las herramientas que utiliza el capital transnacional para instalarse en nuestros países y realizar en ellos todo tipo de actividades, productivas o especulativas, sin ninguna clase de límites ni control por parte de Estados nacionales desfinanciados y debilitados por años de neoliberalismo.

Las políticas de librecomercio aplicadas por los Estados del tercer mundo favorecen la concentración de la riqueza en pocas manos, provocando en consecuencia pobreza y marginalización en las grandes mayorías. En base a dichas políticas, los recursos públicos son transferidos desde los Estados hacia los sectores concentrados de las economías, en desmedro de las necesidades básicas de las grandes mayorías. En este panorama, los sistemas de salud desmantelados son impotentes para prestar la debida asistencia sanitaria a la población afectada por enfermedades como la gripe porcina.

En el marco de la crisis integral del capitalismo la gripe porcina se emparenta con el dengue que afecta a nuestro país, entre otros países de la región, dado que el sistema productivo de la soja tiene la misma lógica perversa que la cría intensiva de cerdos. En ambos casos, la salud de la población y el medio ambiente son avasallados por el capital y su avidez de ganancias.
En nuestro país, el complejo sojero, con el “beneplácito” del Estado, acumula enormes ganancias a costa de la salud de miles de argentinos y de la destrucción de nuestros recursos naturales. No obstante, y a pesar de las evidencias aportadas desde hace años por distintas organizaciones ambientales, el modelo productivo sojero, en un marco de alta concentración de la renta agraria, continúa en pleno desarrollo, con el lucro empresarial como único objetivo.
El resurgir virulento del dengue guarda estrecha relación con el sistema productivo de la soja. El cambio climático que produce la deforestación y el desmonte ha llevado a la prolongación del verano, y por lo tanto a la extensión del ciclo de vida del mosquito, entre ellos del mosquito aedes ægytis, que transmite el dengue. Además, la fumigación con el herbicida glifosato produce la muerte de los predadores naturales del mosquito (peces y anfibios, sapos, etc), aumentado también su proliferación.

La gripe porcina y el dengue nos muestran las consecuencias nefastas de un sistema productivo que tiene como único objetivo la obtención de ganancias por parte del capital, sacrificando para ello todo lo se interponga en su camino, incluidos la vida de las personas y la naturaleza.

Desde ATTAC . Argentina nos oponemos en forma categórica a este modelo excluyente e insostenible, social y ambientalmente, amparado y promocionado por las normas de "libre comercio" (OMC, Tratados Bilaterales de Inversión, TLC, etc), y basado exclusivamente en la necesidad de "ganancias" de las grandes empresas.

Por el contrario, creemos en la imperiosa necesidad de construir un sistema productivo y de consumo sustentable y anticapitalista, que tenga como eje la satisfacción de las necesidades básicas de los sectores populares, en armonía con la naturaleza.


ATTAC Argentina / Buenos Aires
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