ATTAC - Argentina adhiere e invita a participar de la:
CONVOCATORIA URGENTE POR HONDURAS
Exigimos:
1) Restitución inmediata e incondicional del Presidente Manuel Zelaya
2) Cese a la represión al movimiento popular hondureño
3) No a los golpes de Estado, ni a la militarización en América Latina
4 ) Exigimos a la OEA un pronunciamiento categórico y el no reconocimiento del
gobierno de facto
Nos concentramos el próximo jueves 2 de julio a las 17 hs. en Córdoba y Callao.
DECLARACIÓN ATTAC:
HONDURAS - GOLPE DE ESTADO NEOLIBERAL CONTRA PROYECTO EMANCIPADOR
En la madrugada de este domingo 28 de junio de 2009 fuerzas militares secuestraron al presidente de Honduras, Manuel Zelaya, y lo trasladaron ilegalmente hacia Costa Rica.
Ese domingo se iba a realizar una consulta popular no vinculante, convocada a partir de la firma de más de 400 mil ciudadanos hondureños, para determinar si se convocaba a una Asamblea Nacional Constituyente que habilitara una reforma constitucional.
El martes 23 de junio de 2009 el Parlamento de Honduras había aprobado una ley que rechazaba la celebración de la consulta. El Tribunal Supremo Electoral y el Ejército también habían tachado a la misma de ilegal.
Inmediatamente después del secuestro del Presidente Zelaya, el Congreso Nacional consuma el golpe de estado separándolo de su cargo y nombrando como su sustituto al presidente del Congreso, Roberto Micheletti por el tiempo que resta para terminar el presente período de gobierno.
La historia de Honduras está teñida de sangre, pobreza y marginalidad. Como toda Latinoamérica, pero en especial como toda Centroamérica, Honduras ha sufrido la injerencia directa de los EEUU en sus asuntos internos.
Durante los años de la Guerra Fria, Honduras fue utilizada como base militar de los Estados Unidos, desde donde se agredió a países vecinos, en especial a la Nicaragua Sandinista.
En la actualidad, pese al fin de la Guerra Fria y la vuelta de las “democracias” a la región, fenómenos como las maras - pandillas juveniles y el narcotráfico, sirven de excusa para mantener e incrementar la presencia militar norteamericana y fortalecer a los cuerpos de seguridad, al mismo tiempo que los antiguos escuadrones de la muerte son reactivados so pretexto de frenar el auge delictivo.
La situación económico social de Honduras es hoy de suma gravedad. Es uno de los países más pobres del continente. El 63% de las familias hondureñas sufren de desnutrición, miles de chicos viven en la calle y más del 55 % está desempleado.
En el año 2004, Honduras y Estados Unidos firmaron un Tratado de Libre Comercio (CAFTA), que entró en vigor en 2006. Honduras suscribió ese tratado con la esperanza de aumentar sus exportaciones y las inversiones extranjeras y salir así de la extrema pobreza. Sin embargo, el resultado fue el opuesto.
Tras más de tres años de vigencia los resultados hablan por sí solos. Decrecieron las inversiones procedentes de Estados Unidos, mientras se incrementó el déficit comercial de Honduras con esa potencia. Se produjo el desmantelamiento de la agricultura en beneficio de las multinacionales norteamericanas. Las compañías transnacionales exportadoras de frutas y flores resultaron las ganadoras, mientras los campesinos pobres son los perdedores. A su vez, se produjeron gran cantidad de despidos de trabajadores locales que se desempeñaban en la producción de medicamentos genéricos, en virtud de las directivas trazadas por la letra de este TLC en Propiedad Intelectual.
El proceso de extranjerización y concentración de la economía hondureña y de ocupación militar estadounidense ha sido acompañado y usufructuado por la oligarquía de ese país, subordinada a los intereses del imperio.
En ese contexto, el presidente Zelaya, en un giro político hacia la izquierda pocas veces visto en la región, ha decidido en 2008 la incorporación de Honduras a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) y a Petrocaribe (Acuerdo de Cooperación Energética celebrado en el marco del ALBA), los cuales fueron precedidos en unos meses por el ingreso al ente petrolero gran nacional Petroamérica (Empresa de energía formada por de estatales petroleras de la región).
Honduras entró así en un período de enormes contradicciones internas. El TLC firmado con EEUU persigue la privatización y mercantilización de todos los órdenes de la vida social en beneficio de las multinacionales, a través de la apertura indiscriminada y desregulación de los mercados, en detrimento de los pueblos y la soberanía de los Estados. El ALBA por su parte, persigue la integración económica y política de los pueblos, la complementación y los beneficios mutuos, en un marco de respeto a la naturaleza y a los intereses nacionales de cada país. Por su propia naturaleza, ambos proyectos son incompatibles y excluyentes uno respecto del otro.
Amenazadas por la política adoptada por el gobierno hondureño, las fuerzas conservadoras de Honduras, apoyadas por las multinacionales y el gobierno norteamericano , han venido sometiendo al presidente Zelaya a una serie de ataques cada vez más frecuentes, los cuales culminaron con el Golpe de Estado del pasado domingo.
El rechazo a la Consulta Popular propugnada por el gobierno de Zelaya es sólo la excusa formal que pretende legitimar un golpe de estado contra la realización del proyecto emancipatorio Latinoamericano. Este golpe dado por las multinacionales y sus aliados locales se enlaza directamente con una serie de actos anti democráticos y violentos que distintos países de la región han venido sufriendo en los últimos años, ejecutados por sus oligarquías nacionales en estrecha colaboración con los Estados Unidos. Entre ellos, cabe recordar el golpe de estado producido en Venezuela en 2002 y el intento secesionista de la oligarquía santacruceña de 2008 en Bolivia. Venezuela y Bolivia son justamente dos de los países que más impulso dan al proyecto emancipatorio que constituye el ALBA.
La pelea de fondo está planteada entonces entre el proyecto hegemónico neoliberal impulsado por las multinacionales y los pueblos latinoamericanos, que tras años de sometimiento y dominación aspiran forjar su propio destino a través de la realización de proyectos verdaderamente populares y democráticos.
Desde ATTAC - Argentina nos solidarizamos con el Presidente Zelaya y con el Pueblo hondureños en su lucha por la dignidad, la libertad y la prosperidad, condenamos el golpe militar ilegal e ilegítimo y exigimos la inmediata restitución del Presidente a su cargo sin ningún tipo de condicionamientos.
Reivindicamos, asimismo, la lucha por la realización de un proyecto popular y democrático, como lo es ALBA, que tiene como fin, en un marco de integración latinoamericana solidaria, la satisfacción de las necesidades humanas de nuestros pueblos, en armonía con la naturaleza.
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