sábado, 28 de marzo de 2009

Entrevista a Toni Negri, por Hernán Ouviña

Entrevista a Toni Negri

“LA ÚNICA SALIDA A ESTA CRISIS ES LA REVOLUCIÓN ”


por Hernán Ouviña, desde Roma


De larga trayectoria intelectual y política, Antonio Negri es además uno de los principales impulsores de Uninomade, un proyecto de autoformación itinerante creado en 2005 a partir de la articulación de diversos Colectivos y Centros Sociales de Italia. Bajo el título de “Istituzioni del comune I. Dentro la crisi, oltre la crisi”, el Seminario se desarrolló casi en su totalidad en el Atelier Ocupado ESC, uno de los tantos espacios autogestivos que proliferan en la ciudad de Roma. En este marco, conversamos con Toni Negri acerca de la actual crisis capitalista.





¿Cuales son según usted las causas de la actual crisis mundial?



Por lo que tiene que ver con Italia, no hay duda que ha habido un gran desorden del capitalismo actual en cuanto “capitalismo financiero”. Además, a partir de esta crisis de la governance financiera y monetaria, por lo que tiene que ver con Europa y Estados Unidos, estamos enfrentando también una crisis social verdaderamente profunda. Este desorden financiero ha sido tan importante y tan grave que hoy no se sabe todavía cual puedan ser las soluciones. La causa fundamental y central, y no simplemente aquella fenoménica, es la relación social extremamente difícil que se ha determinado después del fin del fordismo. A partir de los años '70 se ha pasado de lo que ha sido el endeudamiento del estado al endeudamiento de los comunes. Todo esto ha efectivamente desequilibrado de manera central el mecanismo económico y los mecanismos de circulación de las mercancías. Y sobre esta base se han instaurado unas preocupaciones políticas fundamentales. Entonces ha habido una presión fundamental de los trabajadores que ha abierto una discusión entre trabajadores y maquinas estatales.



¿Podría decirse que se reestructura totalmente la relación entre lo público y lo privado?



Hoy el estado interviene para apoyar los déficit privados y los fracasos de la financia privada. Pero estas grandes intervenciones públicas son intervenciones que encubren la realidad de la crisis y del sector privado. Estas son cosas que siempre han pasado en el capitalismo: el estado siempre ha sido un estado al servicio de los intereses capitalistas privados, y desde este punto de vista no hay nada nuevo. Lo que resulta nuevo y central hoy es la composición en general del trabajo organizado, que se basa en comunes que están siendo privatizados y fragmentados. Y lo nuevo también es que esta crisis capitalista destruye la importante separación entre lo público y lo privado.

¿Qué representa en el contexto de esta crisis el reciente triunfo de Barak Obama?


Sobre Obama no he logrado entender mucho todavía. Tengo entendido que antes de la elección de Obama ha habido una real voluntad popular de alternativa a las políticas neoliberales, algo muy radical organizado por los movimientos sociales, algo que ha rebasado la dinámica misma de la representación, o sea, el mecanismo de los partidos. El mismo Partido Demócrata no quería a Obama. El tiene en sí, en su origen, una fuerza de renovación y de transformación. Pero no sabemos todavía lo que va a pasar.

Pero aún teniendo en cuenta esa “voluntad popular” que se expresó en su triunfo, la presión que ejercen los grupos de poder es muy fuerte

Sí, efectivamente es fuerte, pero también lo es la de aquellos movimientos que apoyan y sostienen a Obama.


¿Cúales considera que son las posibles salidas frente a esta crisis tan profunda?


La única salida es la revolución. Hoy mismo el problema no parece presentarse en términos actuales, pero hay intentos y experiencias que se están haciendo con la convicción que la única salida es la revolución. Cuando se habla de revolución no se habla de algo genérico, de una palabra que tenga una significación inmediata. Se habla de una hegemonía radical y profunda del común con respeto a los intereses privados y a los intereses públicos, de una eliminación de la propiedad privada y de las actuales leyes de producción, se habla de la capacidad de la democracia radical de expresarse. La pregunta central es cómo se hace para alcanzar este nivel. Porque se trata de destruir un mercado construido a través de instancias privadas de producción. Entonces se trata de destruir la ganancia, de destruir la renta que se vuelve siempre más fundamental. El pasaje depende de país en país, por lo que resulta muy difícil determinar una línea común. Se trata de construir poco a poco unas realidades de lucha en las cuales el interés proletario se vuelva fundamental. Porque la multitud se construye con las exigencias políticas. Y en esta crisis capitalista toda lucha llevada adelante a partir del estado de bienestar es una lucha que no puede ser simplemente en términos de defensa de este estado. Tiene que ser una lucha de reconquista subjetiva de la multitud sobre el estado de bienestar; por la reconquista directa de la capacidad municipal de dirigir las luchas y de gestionar los territorios. Deben ser luchas por la reapropiación del estado de bienestar y por instituciones democráticas absolutas. Porque se descubre lo común construyéndolo. Y tenemos que construirlo a través de luchas específicas y determinar los circuitos que nos llevan de nuestra vida concreta hasta la vida general y multitudinaria.



¿Y desde el punto de vista del capital, cuál cree que sería la salida más viable?


En realidad, para el capital a nivel de explotación, en la época de internet, del trabajo intelectual, cognitivo, inmaterial, pienso que la solución se vuelve siempre más difícil, hay quien dice imposible. Podrán haber momentos como por ejemplo el proyecto Estados Unidos-China, en el cual el pasaje si bien no será simplemente "quimerico", chimerique como dicen ironicamente los franceses, sí resultará en continuidad con una condición que ha determinado la crisis actual. Yo pienso que en la ironía sobre "Chinamerica" hay también un momento de verdad profunda, porque la China sustenta la economía norteamericana. Entonces es una situación sumamente difícil para el capital, que además no ha entendido todavía cuales son las condiciones desde las cuales se ha desarrollado esta crisis.

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